"En la práctica, la verdadera humildad conduce al espontáneo olvido de uno mismo, lo cual facilita la entrega desinteresada a los demás. «No imaginéis —observa Lewis— que si conocéis a un hombre realmente humilde será lo que la mayoría de la gente llama "humilde" hoy en día. No será la clase de persona untuosa y reverente que no cesa de decir que él, naturalmente, no es nadie. Seguramente lo que pensaréis de él es que se trata de un hombre alegre e inteligente que pareció interesarse realmente en lo que vosotros le decíais a él. Si os cae mal será porque sentís una cierta envidia de alguien que parece disfrutar con tanta facilidad de la vida. Ese hombre no estará pensando en la humildad: no estará pensando en sí mismo en absoluto». No se trata, por tanto, ni de decir que uno no vale nada ni de defender a toda costa la propia dignidad, sino que se trata más bien de no andar preocupado por el propio valor o por el qué dirán. Sería una contradicción afirmar que uno es verdaderamente humilde y empeñarse en demostrarlo a toda costa."
Michel Esparza, Amor y Autoestima, Patmos (2009), p 115-6
Also: http://www.scribd.com/doc/65877555/Esparza-Michel-Una-Vision-Cristiana-de-La-Autoestima